Marta Muñoz y su familia de artistas “El circo es familia, belleza, arte y pasión”
Es cuarta generación de artistas. Hace 35 años dejó la vida circense y se dedicó a la fonoaudiología. Ahora publicó un libro que recuerda sus vivencias en el
picadero y hasta revela los inicios de Los Caligaris, grupo fundado por sus hijos Martín y Diego Pampiglione.
Diego Quiroga (especial)
En la segunda función de la vuelta a los escenarios de Los Caligaris, el domingo pasado, apareció Rocco Pampligione, que con sus 4 años interactuó con Raúl Sencillez (el alter ego de su papá Diego), y dijo “Quiero desearle a mi abuela ¡feliz cumpleaños!”. Acto seguido, el público en el estadio abierto de Quality entonó la tradicional canción de cumpleaños.
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Y sí, la abuela Marta Muñoz está feliz desde el arranque de este nuevo año. Tiene varios motivos. Empezó festejando sus 46 años de matrimonio con José “Pepe” Pampiglione. También celebró el regreso del grupo de sus hijos a los recitales presenciales y el inicio de una nueva etapa de su vida, jubilada de todas las actividades relacionadas con la docencia y ahora con más tiempo para compartir en familia.
Pero lo que más la emociona es la reciente publicación del libro Intimidades de una vida en el circo. Y lo siente como su vuelta a la vida circense.
Brasilia Circo, de los hermanos Muñoz. (Gentileza Marta Muñoz). “Siempre dije ¡qué lindo sería escribir un libro! Siempre me preguntan, en especial mis nietas y nietos, cómo es el circo, cómo hacía con la escuela. Porque fui toda la primaria mientras viajaba por el país”, le cuenta a VOS, desde su casa.
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Y agrega emocionada: “El circo es familia, belleza, arte y pasión. Necesitaba volver a mis raíces, me costó ese desarraigo. El libro fue mi sanación y yo pensaba: \’Cómo me voy a llevar tantos recuerdos de mi familia sin contarlos\’. Uno cierra un círculo y con esto yo creo que lo hice”.
Marta nació en el circo de su abuelo Tony Tachuela “en una casa distinta de la que, en general, tienen las personas. Bajo un gran cielo de lona de colores, una pista de aserrín, un picadero de rituales; un lugar lleno de magia, alegría y diversión”.
De pequeña fue contorsionista (La Japonesita), luego se destacó como trapecista (Pegui) en el circo de los hermanos Muñoz, creado por su papá y su tío Oscar. Se casó con Pepe Pampiglione (payaso, mago, músico, malabarista y presentador) y tuvieron dos hijos: Martín y Diego, cantante y baterista de Los Caligaris, respectivamente. Cuando falleció su padre en 1986, dejó la vida circense y se instaló en barrio Residencial América, en la casa de sus abuelos maternos. A partir de ahí cambió su vida, se dedicó a estudiar Fonoaudiología, egresó como licenciada, fue una destacada docente y años después se convirtió en la primera doctorada de su profesión, egresada de la Universidad Nacional de Córdoba.
Marta junto a Pepe Pampiglione. Los dos nacieron en el circo. Se casaron hace 49 años. (Gentileza Marta Muñoz). “Andar con la casa a cuestas es inherente a la vida en el circo y parte esencial de su rutina. El artista circense es nómade por elección, maneja con libertad su tiempo y su destino, y sabe que –luego de varias funciones en un lugar– el traslado será inevitable. Habrá que volver a las rutas, a los caminos y a la búsqueda de nuevos espectadores”, escribe en un capítulo del libro.
–¿Fue difícil dejar todo y establecerse en una ciudad?
–Costó bastante, en especial a Martín, que tenía condiciones para ser un buen artista, además extrañaba el circo y a sus primos. Pepe siempre me acompañó y me protegió. Yo, en cambio, para tapar ese vacío, me dediqué a estudiar.
–¿Qué actividades hicieron en esa época de cambio?
–Al principio trabajamos en fiestas infantiles, haciendo rutinas de payaso y acrobacias. Luego encontramos otros trabajos más estables.En las 137 páginas de este emotivo libro, Marta recuerda toda su historia circense. Se remonta al año 1920, cuando sus bisabuelos, encargados de proyectar películas, llegaron desde Chile en carretas, como parte de un grupo de artistas itinerantes que hacían funciones de circo-cine.Martín Pampiglione y su papá como payaso. (Gentileza Marta Muñoz).
Luego, su abuelo Roberto Muñoz creó su propio circo con el nombre de su personaje de payaso, Tony Tachuela, y recorrió particularmente, durante las décadas de 1940 y de 1950, los barrios cordobeses y toda la provincia. A partir de ahí nació una destacada dinastía de artistas y empresarios que continuaron el legado de los Muñoz.Entre los 17 capítulos, tal vez el más atrapante sea el que narra la historia de su padre Eduardo Lalo, carismático y talentoso personaje que pudo recuperarse de un accidente, a pesar de que el parte médico lo declaró clínicamente muerto.
Otro para destacar es la historia de amor entre Marta y Pepe, en especial cuando el payaso se salió de libreto y a nueve metros de altura le pidió matrimonio a la trapecista y le obsequió un anillo de compromiso. La parte que seguramente interesará a los seguidores de Los Caligaris, y en particular a los lectores mejicanos, es cuando se revelan detalles de sus inicios: hay una pequeña crónica del debut en vivo en las Fiestas Patronales de la iglesia María Reyna, a mediados de 1997.
Para Marta, el grupo “posee un encantamiento y atractivo especial y, con su música y con su arte, hace que la magia circense se reinvente en cada concierto”.
Marta Muñoz - Edición independiente
por Nicolás Bravo. Nota extraída de www.lavoz.com.ar
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