El circo en nuestro país es una manifestación cultural, qué tiene sus inicios allá por el 1850 aproximadamente. Es considerado cuna del Teatro Rioplatense. En sus orígenes el público podía apreciar dos partes bien definidas, una primera parte de actividades de destrezas circenses y su segunda parte netamente teatral.
Sus actividades se desarrollan preferentemente en carpas, destinadas a la puesta en escena de espectáculos de tipo circenses. En la actualidad su programación se orienta especialmente a los niños y su familia. En él se brindan actos de acrobacia o habilidades, de actuación, cómicos, payasos, malabaristas, ilusionistas, magos y otros que hacen al entretenimiento y disfrute del único espectáculo dirigido a toda la familia. La magia se inicia desde la llegada de las primeras casillas y camiones al terreno.
En la Argentina, el 6 de octubre se celebra el Día del Circo en homenaje a Pepe Podestá, que nació ese día de 1858 en Montevideo y desarrolló aquí una labor pionera. El inventó el “Circo criollo” y a “Pepino el 88”, un payaso que fue modelo del cómico rioplatense. El famoso personaje nació en 1881 cuando a Pepe, que era acróbata en la compañía ecuestre de Félix Hzénault, le tocó reemplazar a un payaso enfermo. Se hizo llamar Pepino, y la gente le agregó el 88, porque la cifra parecía dibujada por los parches en el levitón de su padre con que fabricó su improvisado traje. Sus sátiras políticas o sus imitaciones (del “niño bien” y “El compadrito”) influyeron en generaciones de cómicos y monologuistas, desde Florencio Parravicini hasta Enrique Pinti.
En el mismo año (1858), nació en Brighton, Inglaterra, otro payaso que iba a ser adorado aquí: Frank Brown. Había recorrido toda Escandinavia, Estados Unidos y México antes de llegar al Río de la Plata, donde finalmente se radicó. Como Pepe Podestá, aprendió las rutinas graciosas, a las que le incorporó una mímica singular, reemplazando a un artista ausente. Casado con la ecuyére Rosita de La Plata, lideró una compañía famosísima y se despidió en 1924. Sus parodias de Hamlet o sus diálogos socarrones con un pony eran admirados por un público ferviente y también por ilustres fans, como Rubén Darío, Roberto Payró, Joaquín V. González y Sarmiento.
La tradición que ellos instalaron a fines del siglo XIXz fue retomada luego por otros tantos pilares del humor popular argentino, que supieron trasladar el clima de la carpa a la pantalla de TV, como Pepe Biondi, “Pepitito” Marrone, Carlitos Balá o Alberto Olmedo.
Bibliografía para seguir profundizando en el tema: “HISTORIA DEL CIRCO“
Beatríz Seibel - Ediciones del Sol - “El Circo Criollo” - Raúl H. CASTAGNINO - Plus Ultra.