El camino hacia la ley Nacional de Circo: Circo abierto, otra forma de actuar
Circo Abierto surgió en 2011 al ver la necesidad de debatir y organizarnos para defender, difundir, visibilizar y mejorar el Arte Circense. Desde su inicio pensamos a Circo Abierto como una iniciativa democrática y participativa con el objetivo esencial del compromiso mutuo entre todes sus integrantes, con el fin de apoyar, expandir y realzar el Circo en todas sus formas de manifestación, ya sea el aprendizaje, la profesionalización, creación y/o producción.
Desde aquellos años realizamos muchas acciones trabajando en distintos ejes. Pensando en la profesionalización artística y pedagógica organizamos charlas, capacitaciones, espacios de intercambio y participamos en Encuentros, Convenciones y Festivales de distintos lugares del país. La intención de difundir y visibilizar el Arte circense nos llevó a generar Festivales y Jornadas artísticas en diferentes ámbitos: plazas, salas, escuelas de circo. También, siempre pensándonos como trabajadores culturales, difundimos convocatorias a festivales, subsidios, bolsas de trabajo y, centralmente, movilizarnos políticamente para luchar por nuestros derechos.
En la búsqueda por lograr el reconocimiento de nuestra actividad artística comenzamos a soñar con la Ley Nacional de Circo. A través de un proceso de relevamiento de datos (en 2011 realizamos el Censo Nacional circense que se puede consultar en nuestra web http://www.circoabierto.com.ar/) y de mucho debate y construcción colectiva, logramos generar un Anteproyecto de ley a fines de 2015 que presentamos con un gran Festival con más de 500 artistas/colegas en la puerta del Congreso Nacional.
Presentación Anteproyecto de Ley Nacional de Circo en la Plaza de los dos Congresos. Caba, diciembre de 2015. Foto: A la gorra producciones.
El “cambio” político que vino después de 2015 nos atravesó en muchas dimensiones como sociedad y en nuestra actividad artístico-laboral en particular. En relación a nuestro soñado proyecto de Ley Nacional de Circo, nos reunimos con diputades, asesores, abogades culturales, artistas de otros colectivos, pero nos encontramos con muchas trabas. Igualmente, seguimos trabajando, compartiendo, difundiendo el anteproyecto e instalando la necesidad de que el circo sea reconocido y fomentado por las políticas públicas nacionales, como arte milenaria, popular, inclusiva y como patrimonio de nuestra cultura nacional. Nos movimos mucho en esos años. Aquí algunas de las acciones realizadas.
La asunción de las nuevas autoridades a fines de 2019 al frente del Ministerio de Cultura de la Nación nos llenó de esperanzas, no solo por el cambio de orientación en materia de políticas culturales sino también por darnos cuenta que todo nuestro trabajo y militancia había tenido sentido. De hecho, en las reuniones a las que fuimos convocades desde la Dirección de Industrias Culturales a principios de 2020, las nuevas autoridades del Ministerio tenían nuestro Anteproyecto de Ley en sus manos y el propósito de visibilizar nuestro arte como primer paso para luchar por políticas públicas para nuestro sector.Desde Circo Abierto nos encontrábamos diseñando estrategias para comenzar a comunicar, difundir y abrir estas nuevas posibilidades de acción conjunta con el Estado cuando se desató la pandemia. Si bien la primera reacción fue cierta desesperanza, nos movimos rápido.
Hicimos un relevamiento de les trabajadores circenses que respondieron 2690 personas que se identifican como artistas/trabajadores circenses. Convocamos a formar parte de una Red Federal de contactos por provincia que funcionó para difundir las problemáticas, necesidades y logros de colegas en las distintas provincias del país. Asimismo, nos acercamos a ACCU (Asociación Circos Argentinos Unidos) para continuar trabajando y entrelazar fuerzas con los circos y las familias de circo.
Desde el inicio de la pandemia, cuando nuestras actividades se detuvieron totalmente, nos organizamos para gestionar la entrega de bolsones de alimentos en diferentes zonas del país para las personas más afectadas del sector circense. Articulando con el Ministerio de Cultura de Nación, la Red federal de contactos de Circo Abierto y diferentes colectivos circenses que también se organizaron en estas acciones solidarias, entregamos más de 1.000 kg. de alimentos de mayo a octubre de 2020 a artistas circenses de todo el país.
Siempre preocupades porque el circo sea reconocido por el sector público como un arte específico, con sus propias lógicas y necesidades tal como lo son otros lenguajes artísticos, participamos en reuniones con la Dirección Nacional de Industrias Culturales, a la que desde el 2020 pertenecemos como un nuevo sector. Asimismo, participamos en la redacción del Protocolo para la actividad circense con circos de carpas itinerantes, con artistas callejeros y representantes de escuelas y espacios de enseñanza. Este año 2021 lo comenzamos re definiendo los alcances y posibilidades del anteproyecto de la Ley Nacional de circo. El camino de lucha por el reconocimiento del circo es un camino sinuoso y complejo. Y en ese camino acompañamos la presentación del proyecto legislativo para declarar oficialmente algo que venimos festejando hace mucho tiempo: nuestro Día Nacional del Circo!!!
Este proyecto de Ley en el que participamos junto a colegas de ACCU (Asociación Circos Unidos Argentinos) es un primer paso de este largo camino que venimos y seguiremos recorriendo desde Circo Abierto para luchar por el reconocimiento del Circo a nivel federal. Lograr mejores condiciones para el crecimiento de nuestro arte, comienza por visibilizar en nuestra sociedad la relevancia del Circo, la riqueza de su historia y su continuo desarrollo.Consideramos que el Circo como lenguaje artístico milenario, como arte popular por excelencia, como espacio de innovación y creación permanente, como representación del patrimonio cultural inmaterial del país, como estrategia de enseñanza artística, estética y corporal y como herramienta innovadora de intervención para la transformación social, debería dejar de desarrollarse a la sombra de las otras modalidades artísticas y ser reconocido y promovido por el Estado. Esto sólo es posible con políticas que fomenten estas diversas maneras en las que el circo se desarrolla en la actualidad. Necesitamos políticas públicas que promuevan la itinerancia de las carpas circenses o al menos que desarticulen las actuales ambigüedades a las que los y las cirqueros/as deben enfrentarse en las distintas localidades a las que llevan arte. Necesitamos también la incorporación del circo en programas de enseñanza pública, el fomento de espacios y circuitos de exhibición y la promoción de herramientas para la experimentación e investigación artística para el desarrollo de las artes circenses.
Si bien este contexto de crisis sigue siendo caótico también es una instancia que pone en primer plano la urgencia de unirnos, de comunicarnos y de poder tener voz en nuestras exigencias y necesidades. Seguiremos trabajando colectivamente para que se reconozcan y valoren las artes circenses en todas sus formas, sonidos y colores!